¡Maldito seas barquero!, si hubiese tenido la oportunidad de
evitarlo no te habría dejado zarpar. No volveré a verte, es lo peor, tu olor,
tu tacto, tu ayuda, tu compañía. ¡Joder!, me inunda la pena, pero no lloraré
más.
Te
busco desesperado entre ropa, cajones y armarios. Lo intento a través de manualidades,
cuadros y pinturas, pero el acercamiento es fugaz.
Te encuentro en fotos, pero no estás. Cierro los ojos y te imagino sentada,
leyendo, escribiendo, esa hermosa letra que jamás veré una igual. Tu desolado sillón
anhela el sonido de tus pasos, mientras los libros, huérfanos de lectura,
disimulan petrificados unos sobre otros.
Por
suerte tropiezo contigo cuando menos lo espero. En la soledad de ese uno después
de haber sido dos, pero nos duele. En los rostros sinceros que te recuerdan
cuando me ven. En la huella pedagógica
de miles. En los que recuerdan una tiza volando y una bata blanca. Y en mí,
sobre todo en mí.
Incluso
aunque no quiera aquí sigues, coexistiendo conmigo. Cada día algo que sale de
mis labios evoca tu memoria. Me detengo, medito, por momentos me siento tú.
Filtro, le doy mi enfoque, y la mayoría de las veces me pongo triste. La nueva
me mira y sonríe para que se me pase, en el fondo sabe que hay algo que se le
escapa.
Tu
sustituta no es lo mismo, ni mejor ni peor, es otra historia de amor. Por un
breve tiempo os compartí. Cuando coincidíais yo guardaba silencio, observaba la
instantánea con la satisfacción de haber completado el círculo, deseoso de que
ese momento perdurase para la eternidad. Si la hubieses conocido más habrías
claudicado a sus encantos.
Cada
día pienso en vuestra relación, fantaseo con la interminable paciencia con la
que me ayudarías a enseñarla, con la sonrisa que se te dibujaría con cada
trastada o la forma en que encauzarías su curiosidad. Es hacendosa, inquieta,
viva, despierta, ingeniosa, cariñosa, pícara y presumida, es una tortura no
poder disfrutar de vuestro amor.
Algún
día me las veré con el barquero, alguien lo increpará, pero ahora soy yo el que
lo maldice. ¡Maldito seas y mil veces maldito barquero!